La oposición ha dicho que el Gobierno debería dimitir por las grabaciones, entre las que se incluían una del jefe del banco central hablando sobre las formas de ayudar al partido gobernante a evitar una derrota electoral, y al ministro de Relaciones Exteriores diciendo que las relaciones polaco-estadounidenses eran inútiles.

La atención en Polonia también se ha centrado en quién podría haber realizado ese espionaje a tal escala, teniendo en cuenta que las grabaciones se hicieron en al menos dos restaurantes de Varsovia en un período prolongado y alcanzan a más de una docena de autoridades, políticos y empresarios.

"El Gobierno ha sido atacado por un grupo criminal organizado", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Radoslaw Sikorski, en unas declaraciones emitidas por el canal TVN24.

"No sabemos quién está detrás de esto, no estamos seguros sobre eso. Está siendo estudiado, espero que el sistema de justicia establezca la identidad de estas personas y sus autores intelectuales, que serán identificados y castigados", agregó.

Los extractos de las grabaciones secretas se publicaron en la revista informativa semanal Wprost. El Gobierno ha dicho que las declaraciones que se grabaron en secreto están sacadas de contexto y que los funcionarios no han quebrantado la ley.

Reuters

(Reporte de Adrian Krajewski; Traducido por Raquel Castillo en la Redacción de Madrid)

Tomado de  http://noticias.latam.msn.com