lunes, 30 de junio de 2014

Gaspar Jiménez Escobedo: Retrato de un terrorista.



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Gasparito con sus socios de correrías detenidos en Panamá


Esta vez el crimen contra el pueblo cubano fue cometido en Mérida, Yucatán, un 24 de julio de 1976. Tres pistoleros, Gaspar Jiménez Escobedo, Orestes Ruíz y Gustavo Castillo, intentaron secuestrar al Cónsul de Cuba en esa ciudad, Daniel Ferrer Fernández, y como resultado de cuya acción fue asesinado el técnico de la Flota Camaronera del Caribe, perteneciente al Instituto Nacional de la Pesca de Cuba, Artañan Díaz Díaz.  Sin lugar a dudas, la valerosa actitud de Artañan al intentar oponerse a la acción de estos elementos terroristas, fue la que provocó su muerte y el dolor infinito que aún padece una familia cubana. Nunca más en ese hogar lastimado existió la completa felicidad y aún esperan que los criminales paguen por sus crímenes.
El asesinato del técnico pesquero cubano fue reivindicado por una organización denominada “Comandos Contrarrevolucionarios”, dirigida por el architerrorista Orlando Bosch Ávila, y cuyos perpetradores de tan cruel acción fueron detenidos en Nuevo Laredo, México, unas horas después.

A nadie extrañó la participación de  Gaspar Jiménez Escobedo en este repudiable crimen. Desde hacía unos meses, en correspondencia con la nueva estrategia desarrollada por la contrarrevolución miamense  de fomentar la guerra sucia contra Cuba, conocida como “guerra por los caminos del mundo”, apoyada y financiada por la CIA norteamericana, la DINA chilena y otras siniestras organizaciones, la Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), a la que pertenecían los más descollantes elementos contrarrevolucionarios como Orlando Bosch, Luis Posada Carriles, Jiménez Escobedo y otros, protagonizó acciones terroristas en más de 34 países, atentando contra intereses de esas naciones y, particularmente, contra misiones diplomáticas cubanas, oficinas comerciales y otras. Desde luego, “Gasparito” jugó un papel significativo en esta internacionalización del terror. De la misma manera, fue empleada para reprimir a revolucionarios latinoamericanos y personalidades progresistas.

Luego de abandonar a Cuba en 1961, Jiménez Escobedo marchó hacia los Estados Unidos, cargando sobre sus hombros la frustración por no haber podido derrocar al naciente Gobierno Revolucionario con la conspiración en la que participó junto a su jefe, el traidor Huber Matos. Apenas llegó a Miami se puso incondicionalmente al servicio de la CIA, la que lo preparó como experto en explosivos.

Incorporado de lleno a la guerra sucia contra Cuba, Gasparito se involucró en diversos hechos terroristas previo a su participación en el asesinato del técnico pesquero cubano Artañan Díaz Díaz. Esto son algunos de sus “méritos” a favor de la contrarrevolución y el terrorismo:

● Intento de secuestro del embajador cubano en Argentina, Emilio Aragonés, en 1975.

● Intento de asesinar a Fidel Castro en Jamaica durante su primera visita a ese país en 1975.

● Participación en el atentado efectuado en Miami contra Emilio Milián, director de la emisora WQBA-AM, y en el que dicho periodista sufrió la pérdida de ambas piernas como resultado de la detonación de un artefacto explosivo dentro de su vehículo. Este hecho tuvo lugar el 30 de abril de 1976.

● Probada participación en los planes terroristas que condujeron a la voladura, en pleno vuelo, del avión comercial de Cubana de Aviación en Barbados en agosto de 1976, hecho que produjo la muerte a 73 personas inocentes. En dicho proceso preparatorio se confabuló con Orlando Bosch Ávila y Luis Posada Carriles.

A raíz de su captura en Nuevo Laredo, México, y luego de ultimar a Artañan Díaz Díaz, logró escapar de la mexicana con la ayuda de otros miembros de la mafia terrorista miamense en marzo de 1977. Ya en Estados Unidos, fue liberado luego de permanecer poco tiempo en prisión, acusado por violar la Ley de Neutralidad. De inmediato, volvió a enrolarse en los más tenebrosos planes de terrorismo contra Cuba.

● El 8 de septiembre de 1977 ordenó el secuestro, tortura y posterior asesinato de los custodios de la embajada cubana en Buenos Aires, Jesús Cejas Arias y Cresencio Galañega Hernández.

● Participación en atentados dinamiteros contra misiones diplomáticas cubanas en otros países, entre los que se destacan acciones terroristas cometidas en México, Colombia, Panamá y otros.

● Participación en un frustrado atentado contra la vida del Comandante Fidel Castro en 1991, en ocasión de su participación en la Primera Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno, celebrada en México. En esta oportunidad, Gasparito ideó derribar el avión en que se trasladaría Fidel empleando un cohete tierra aire.

● El 15 de julio de 1992 visitó Honduras con el propósito de adquirir un cohete tierra del tipo RPG-7, de fabricación soviética, con la finalidad de atentar posteriormente contra el avión en el que viajaría Fidel castro durante su visita a Madrid, España, en ocasión de la II Cumbre Iberoamericana de Jefes de estado y Gobierno. Allí se entrevistó con el terrorista Luis Posada Carriles.

● Intento de asesinar a Fidel en Honduras, en 1993, en ocasión de su visita a este país para asistir a la toma de posesión del presidente Carlos Roberto Reina.

● Intento de asesinar a Fidel durante la participación del mismo en la Cuarta Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno, que se celebró en Cartagena de Indias, Colombia, en 1994. En esta oportunidad, se confabuló con Luis Posada Carriles para introducir en el lugar un fusil Barret calibre 50, hecho que fue neutralizado por existir férreas medidas de seguridad en el evento.

● El 23 de noviembre de 1994 participó junto a Luis Posada Carriles en el frustrado intento por volar el famoso cabaret habanero “Tropicana”. A solicitud del ala terrorista de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), se entrevistaron conmigo ambos terroristas en una habitación del Hotel Camino Real, situado en la zona 10 de la capital guatemalteca. Nuestros contactos estaban dirigidos a que Posada Y Gasparito me entrenaran en el manejo de explosivo y me abastecieran con dos poderosas cargas que luego yo colocaría en dicho cabaret.

El hecho de que yo fuera un agente de la seguridad cubana, sirvió para frustrar tan criminal atentado que hubiera provocado la muerte de centenares de turistas extranjeros y trabajadores cubanos de la instalación. Los Órganos de la Seguridad Cubana (OSE) pudieron comprobar también los vínculos ocultos entre Posada Carriles y la FNCA, encaminados a realizar atentados contra instalaciones turísticas cubanas.

● Participación en los preparativos a atentado contra el presidente cubano en ocasión de sus visitas a Venezuela y República Dominicana, en 1997 y 1998, respectivamente.

● Participación en el frustrado atentado contra Fidel Castro y centenares de jóvenes panameños a efectuarse en el Paraninfo de la Universidad Nacional de Panamá, en noviembre de 2000, en ocasión de efectuarse en ese país la X Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno. Junto a él, participaron en este intento de magnicidio los terroristas Luis Posada Carriles, Guillermo Novo Sampoll y Pedro Crispín Remón.

En esta oportunidad fueron capturados gracias a la oportuna denuncia de Cuba y, a pesar de gestiones de extradición y de ser sometidos a un juicio cargado de presiones y maniobras, fueron condenados a penas de cárcel sumamente leves en comparación por los delitos cometidos y su largo historial terrorista. Hoy Gasparito se encuentra en Miami, bochornosamente indultado junto a sus cómplices por la ex presidenta Mireya Moscoso. 

Toda aquella maniobra que dio impune libertad a estos terroristas presos en Panamá, mediante un indulto presidencial, es una ofensa también contra la memoria de Artañan Díaz Díaz, Cresencio Galañega Hernández,  Jesús Cejas Arias, Orlando Letelier,  la norteamericana Ronni Moffit,  el diplomático cubano Félix García Rodríguez asesinado en Nueva York, así como las decenas de muertos provocados por sus manos asesinas. Es una ofensa además infligida contra el dolor acumulado durante años por sus familiares y es, sobre todo, una ofensa a la verdad y a la dignidad de los hombres honestos de este mundo.

Percy Francisco Alvarado Godoy

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