miércoles, 26 de febrero de 2014

Las Mafias que manejan Colombia

En Colombia hay mafias de todos los calibres y sabores. Hay la mafia delincuencial normal que esta metida en todos los negocios sucios del modelo capitalista, es decir, la mafia que controla la prostitución, los juegos de azar, los robos, o sea, los delitos comunes.
¿Narconovelas o realidad? Esta es la mafia que el Estado y los intereses comerciales nos quieren mostrar como la mafia visible en Colombia.


Hay la mafia del narcotráfico, la cual nació por allá en los años 70 y ha sumido a Colombia en una corrupción pavorosa, de la mano de la mafia política, de la cual nos ocuparemos más adelante. Los narcotraficantes fueron cooptados de la mafia del contrabando en la Costa Caribe -los guajiros y todo ese cuento conque macartizan a los habitantes de esa región- y los envíos de marihuana -Santa Marta Golden-, traían de vuelto los dólares que corrían a manos llenas, al punto que pesaban los dólares ya que era casi imposible contarlos.

Esa mafia de la marihuana -con todo y su historial terrorífico- fue reemplazada por la mafia de la cocaína, cooptados del bajo mundo delincuencial común de Medellín y Bogotá, principalmente. La historia nos ha demostrado que los marimberos quedaron en pañales ante los hechos delincuenciales cometidos por la mafia del narcotráfico de la cocaína. El poder de esos individuos fue -y es- descomunal. Empezaron comprando algunos políticos tradicionales, después algunos de los capos narcotraficantes se involucraron directamente ellos en la “política”, aplicando la máxima de que tan pícaros eran los políticos como los narcotraficantes.

Lo sucedido es de ingrata recordación. Los horrores también. No hay mafia buena. Todas son criminales. Recordemos no más la cantidad de muertos, la voladura del avión de Avianca, el atentado al DAS, etc. A esa violencia “natural” del narcotráfico vino a sumarsele la violencia de los militares. A las bandas delincuenciales se dio por parte de los militares la estructura militar para que respondieran a sus orientaciones y cumplieran sus órdenes sin chistar. Se produjo ahí el contubernio impúdico entre las fuerzas militares estatales -con su fachada decente, legal-, con los nárco-paramilitares -con su ilegalidad-, unión que le permitiría “lavar la cara de las fuerzas militares estatales” en la comisión de miles de miles de delitos y violaciones de los derechos humanos.

Mas los militares no pasaron esa unión incólumes. Si ya eran corrompidos, con esa alianza se volvieron súper corrompidos. Para la oligarquía y las clases en el poder era de lo más normal la forma delincuencial como los militares y la policía adelantaban su labor. Todo estaba bien mientras fuera para acabar con el enemigo del sistema capitalista, los comunistas. Pero el monstruo se les creció. La bestia cuando prueba sangre necesita beberla a toda hora. No importa de donde venga, ni de que clase social. Su sed es insaciable toda vez que la sangre es salada y le produce a su vez más sed.

Por ello, no es extraño que el general Barrero, ex comandante de las fuerzas militares a quien “renunciaron” por lo de los “falsos positivos” y las “chuzadas” a los propios delegados gubernamentales a la Mesa de La Habana y hasta el mismo presidente, haya dicho a un practicante de la orientación institucional de las ejecuciones extrajudiciales -el coronel González- que había que hacer “una mafia” contra los jueces que estaban investigando esos “falsos positivos” o ejecuciones extrajudiciales.

Tampoco es extraño que el crear esa mafia implicaba naturalmente que el juez que no accedía a las peticiones de esa mafia iba a “recibir su merecido”, es decir, le iban a dar bala, como le daban -y le dan- a los líderes populares que persisten en su terquedad de querer contrario otra Colombia mejor, un Nuevo País.

Ahí esta claro el por que en Cambio Total y Anncol hemos sostenido que el Terrorismo de Estado arrasa con los derechos humanos de hasta sus creadores. Para hacerlo si tienen que hacer una “mafia”, pues la hacen y san se acabó. De todas maneras queda también supremamente claro que el estado lo manejan las mafias. Mafia de la clase política (los Uribhitler, Benedetti, Gerlein, etC). Mafia del narcotráfico (los 300 minicarteles que manejan hoy ese negocio). Mafia de los sectores económicos (los Sarmiento Angulo, Santodomingos y demás). Mafia de los militares (Mindefensa Pinzón, generales que patearon,  generales que aún están en las fuerzas militares haciendo su trabajo al interior).

Escrito por Por Dominico Nadal, Cambio Total
 
Publicado por Blogger en CambioTotalRevista 

Tomado de ANNCOL

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