lunes, 30 de septiembre de 2013

Lech Walesa instruyó a contrarrevolucionarios cubanos


Walesa adoctrinando a Yoani Sánchez


En una nota aparecida hoy en el Nuevo Herald, bajo la firma de Juan O. Tamayo, el contrarrevolucionario Guillermo Fariñas desnuda la verdad sobre parte del entrenamiento recibido en el exterior, particularmente en Polonia, sobre nuevos métodos y formas de acción subversivos. Sin pudor, confesó que el propio Lech Walesa les puso al corriente sobre estos instrumentos de acción desestabilizadora empleados por el sindicato “Solidaridad”.

Parte de estas tácticas se han ido aplicando en los últimos meses y la contrarrevolución interna las ha ido probando y evaluando su supuesta eficacia. En resumen, las mismas son: 

Aprovechar oportunidades: Esta táctica se aplicó en Villa Clara, sumándose a un reclamo legítimo de cocheros de esa ciudad ante la Asamblea Provincial del Poder Popular. De inmediato se personaron varios contrarrevolucionarios ye intentaron manejar el descontento y dudas de los cocheros, tratando de montar una provocación. Fariñas estaba entre los que trataron de encender los ánimos inútilmente. Ese 11 de septiembre ninguno de los cocheros participaron en la provocación e, incluso, repudiaron airadamente a los mercenarios, no dejando utilizarse por los mismos.

●  Aparentar la victimización por parte del gobierno: Luego del incidente fueron detenidos varios contrarrevolucionarios, incluido el Coco Fariñas, con lo que se buscan, a la vez, dos nuevos fines: buscar inútilmente más apoyo popular y manipular el hecho mediáticamente. 

  Aprovechar las deficiencias y brechas en el trabajo de los órganos locales del Poder Popular, para insertarse en las comunidades, mediante la articulación de proyectos hipócritamente delineados, luego de estudiar la situación concreta de cada barrio o comunidad. Lo cierto es que cuestionan el papel del delegado en la solución de los problemas comunitarios –muchas veces desoídos por funcionarios indolentes y morosos, quienes entorpecen la labor del mismo-, para presentarse como hipócritas remedios ante la población. Walesa lo dejó en claro como algo efectivo: “si deseas ganar más apoyo popular, modera el tono de las exigencias de apertura política y apoya las exigencias de la gente común para lograr cambios económicos y sociales.”

Siguiendo esta táctica, varios grupúsculos han desarrollado varios proyectos últimamente para aprovechar las brechas que los revolucionarios, por negligencia, falta de combatividad y acomodamiento, les dejamos. De esta forma, se inmiscuyen buscando receptividad popular en manipulaciones tales como ofrecer atención médica y transportación para enfermos, apoyo a las personas de la tercera edad, actividades de entretenimiento para niños y jóvenes, así como apoyo a quienes cometen ciertas ilegalidades en relación con ocupación de locales y terrenos públicos, legitimando falsamente sus acciones. 

¿Qué papel, me pregunto, realizan los responsables del trabajo comunitario para evitar estos hechos?  ¿Por qué hacemos un mal trabajo en nuestras comunidades, evitando el compromiso y rehuyendo nuestras responsabilidades? ¿Por qué la indolencia, la apatía, la falta de transparencia hacia la población? ¿Por qué dejamos que inspectores corruptos desoigan legítimos reclamos? ¿Por qué la burocracia demora y pone trabas a la solución de los problemas del pueblo? ¿Por qué aislamos a los delegados y les ponemos trabas o demoramos la acción inmediata a sus reclamos? La verdad siempre nos permitirá que el pueblo entienda y razone sobre las soluciones ante los problemas. La verdad los hace partícipes activos en dicha solución y no los excluye de las acciones La mentira solo crea descontento, apatía, desencanto y peligrosas brechas para que actúe el enemigo, con un hipócrita discurso de bienhechor.

 La contrarrevolución busca presentarse como falsos defensores de la población. El propio Fariñas lo reconoce de la siguiente manera: “La idea es hacer cosas para que la gente nos perciba como sus defensores. (…) “Vamos a relegar las exigencias políticas porque necesitamos más apoyo popular antes de impulsarlas”.

Lo cierto es que la Revolución siempre será poderosa mientras cuente con el pueblo y, realmente tiene su apoyo total, lo que pone en duda la efectividad de las nuevas tácticas de los mercenarios dentro de las comunidades. Aún se mantiene claro el panorama descrito por la SINA al departamento de Estado en el 2009 sobre la eficacia de sus mercenarios, cuando expresó de que existe: “muy poca evidencia de que el mensaje de las principales organizaciones disidentes tenga resonancia con el cubano común”.

Las pretensiones de Fariñas, Las Damas de Blanco, José Daniel Ferrer, UNPACU, el MLC, las diminutas células del CID y otros reducidos grupúsculos al servicio de la USAID, sueñan con atraer al pueblo hacia sus filas, lo que realmente es imposible en la actualidad.


El propio José Daniel Ferrer esbozó estas nuevas tácticas subversivas en una entrevista telefónica: “Decidimos en ese momento que teníamos que combinar el mensaje político, la lucha no violenta en las calles por la democracia y los derechos humanos, con la labor social” (…)  “Queremos que quede claro que no sólo estamos defendiendo los derechos elementales de los ciudadanos, sino que estamos acompañando a todo el que necesite nuestro apoyo”.

Fariñas confesó que, en una reunión con Walesa, el mismo les sugirió estas nuevas formas de acción subversiva, mientras eran entrenados en  la Fundación Lech Walesa. Uno de los comentarios del  experimentado desestabilizador, en esta ocasión fue, según Fariñas: “Walesa nos dijo que éramos muy valientes, muy buenos, pero que nos enfocábamos mucho en exigencias políticas y que deberíamos concentrarnos mucho más en los problemas sociales”.

 UNPACU falsea la realidad y aprovecha, según los consejos de Walesa, las deficiencias del trabajo de quienes están responsabilizados con hacerlo. Su cacareado proyecto “Salud para todos”, integrado por varios médicos y enfermeras –que por cierto se sienten estafados por Ferrer-, vende la imagen de que solo ellos, y nadie más, son los que se preocupan por la ciudadanía, usando sus autos como ambulancias. La mejor manera de destruir esta farsa en hacer del sistema integral de salud, en ese lugar, uno de los más eficientes del país y lograr que el parque de ambulancias funcione con calidad, rapidez y disponibilidad de medios para cumplir sus funciones.

La farsa de que UNPACU, es quien único ayuda a los afectados por el huracán Sandy, debe ponerse al desnudo. Nuestra prensa debe mostrar críticamente lo que se hace y lo falta por hacerse, cuestionar a cada institución que funcione mal en este empeño, exigir agilidad en la solución de este problema. Investigar, si es preciso, el uso que se da a cada clavo, a cada teja, a cada ladrillo.

Somos los revolucionarios los que tenemos la responsabilidad de dar solución a los problemas y, cuando nos topemos con trabas burocráticas, denunciarlas oportunamente. Somos también los encargados de explicar al pueblo con transparencia la posibilidad real de resolver dichos problemas e involucrarlo en la solución definitiva de los mismos. 

La tropita de estafadores y mentirosos de UNPACU, falsos techeros, resolvedores, oportunistas, choferes caritativos, cargadores de agua, reparadores de abasto de agua, lavadores de ropa, limpiadores de hogares de necesitados, repartidores de comida a los necesitados, defensores de ilegalidades, y todo tipo de farsantes,  es  un cuento chino para ganar dinero de sus financistas, los que parecen estar apretándoles la tuerca por la denuncia de continuas estafas y desvíos de dinero por parte de los principales cabecillas de UNPACU. 

José Daniel ferrer  frente Catedral de Santiago de Cuba.
 ●  Otra de las tácticas es promover protestas callejeras por parte de estos mercenarios, las que son rápidamente reprimidas y abucheadas por el pueblo. Estas protestan tienen la misión de vender al mundo una inventada insatisfacción ciudadana, así como esgrimir la matriz política de la violación de los derechos humanos en la Isla.

Mentira tras mentira, difamación tras difamación, oportunismo y estafa, son las lecciones impartidas por Walesa a los mercenarios cubanos.

Mientras tanto, un pueblo que los repudia construye consciente de las dificultades y enfrentado a los lastres del pasado que todavía deben ser arrancados definitivamente.


Percy Francisco Alvarado Godoy.

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