sábado, 13 de julio de 2013

Silicon Valley, en el centro del espionaje en EU

Foto: Tomada de Internet

Las dudas en torno a qué tanta relación existe entre Silicon Valley y las agencias de inteligencia de Estados Unidos surgieron nuevamente tras la publicación del jueves pasado del periódico The Guardian, donde se dio a conocer que Microsoft permitió acceso total a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).

La empresa que dirige Steve Ballmer permitió a la NSA tener acceso a información codificada en correos electrónicos, videollamadas e información almacenada en la nube, según las filtraciones que Edward Snowden, hoy uno de los hombres más buscados por Estados Unidos, entregó al diario británico.

Éste no es el primer señalamiento que se hace en torno a este supuesto vínculo entre empresas tecnológicas y agencias de inteligencia. La mayoría de las compañías tecnológicas de la famosa zona californiana han sido mencionadas por su cooperación en el programa de espionaje llamado PRISM. Gigantes tecnológicos como Facebook, Microsoft, Google, Yahoo y Apple que almacenan millones de bits en información, se incorporaron en este sistema de vigilancia que inició seis años atrás.

El objetivo de PRISM es monitorear metadatos (datos básicos que se generan al utilizar equipos tecnológicos, los cuales pueden dejar rastro de números de teléfono, así como la fecha, horario o lugar de la creación de algún correo electrónico, por mencionar un ejemplo), a diferencia del programa de la agencia de inteligencia británica GCHQ, Tempora, que no pierde bit alguno, por medio de diversas plataformas que decodifican los mensajes enviados por las herramientas de estas compañías.

Estados Unidos recaba información para protegerse de amenazas terroristas en el extranjero, justificó así el gobierno estadounidense el programa de espionaje filtrado por Edward Snowden a los diarios The Washington Post y The Guardian.

Las filtraciones ponían al descubierto una serie de solicitudes que emitía la agencia gubernamental a dichas compañías para poder tener acceso a cierta información de los cibernautas, amparada en la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, actualizada tras los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas. Este procedimiento no ha sido totalmente aclarado.

Tan pronto se reveló el vínculo Silicon Valley-NSA, las empresas tecnológicas salieron a aclarar su participación en estos programas secretos. Facebook, Microsoft (con sede en Washington) y Google pidieron al gobierno estadounidense en sendos comunicados brindar mayor transparencia en los pedidos relacionados con la seguridad nacional.

El gigante de Mountain View fue el primero en realizar su pedido, tras divulgar una carta enviada al Departamento de Justicia de Estados Unidos, de la cual depende la Agencia de Seguridad Nacional. La compañía californiana solicitó poder publicar la cantidad total de solicitudes de información relativa a la seguridad nacional que hizo el gobierno, bajo el argumento de que esas cifras demostrarían que la compañía no dio 'acceso ilimitado' a los datos de sus usuarios. Facebook y Microsoft emitieron misivas similares.

Ante la negativa para poder transparentar estas peticiones, el escándalo envolvió nuevamente a Microsoft el pasado lunes tras las filtraciones que revelaban que la NSA podía acceder a correos electrónicos de Outlook, conversaciones de video y texto en Skype, así como información almacenada en SkyDrive. El pasado viernes la compañía negó este señalamiento.

"Microsoft no permite acceso total ni directo a SkyDrive, Outlook.com, Skype u otros productos de Microsoft a gobierno alguno", declaró la empresa tecnológica en su comunicado.

Más allá de la falta de claridad que hay en torno a cuánto sabían las empresas de este programa de espionaje y su cooperación, es un hecho que las agencias gubernamentales fijan su vista en Silicon Valley, donde no sólo hay prometedores agentes de inteligencia para hacer frente a una posible ciberguerra, sino también se resguardan millones de datos de información privada y se crea día con día tecnología de punta.

Uno de los ejemplos más recientes de esta cercanía está la de Max Kelly, el jefe de seguridad de Facebook. Kelly dejó la compañía de Palo Alto en 2010 no para irse a Google o Twitter, sino para ingresar a la Agencia de Seguridad Nacional.

La suma que la NSA gasta en las compañías californianas se encuentra clasificada, pero se estima que los recursos totales de la agencia de inteligencia rondan entre 8 y 10 mil millones de dólares por año, según publica The New York Times.

Pese a que las empresas de tecnología aseguran que sólo cooperan con la agencia estadounidense vía legal, oficiales retirados, dijeron al diario neoyorquino, que en ocasiones las tecnológicas crean grupos de expertos que colaboren ampliamente con la NSA.

Por el momento, el crecimiento exponencial de estas compañías tecnológicas continúa, así como la recopilación voluntaria de información que se almacena en éstas.

Tomado de  http://www.vanguardia.com.mx



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