martes, 21 de mayo de 2013

“Reconstruyendo una vieja red imperial en Centroamérica”



 
En esta época, conmovida por manifestaciones populares, en pro de cambios estructurales, de sistemas económicos mediatizados en su mayoría por los grupos hegemónicos, que ambicionan conservar entre otras cosas el dominio de los recursos naturales de la región; pero que de una u otra forma han ido perdiendo los espacios de gobierno, por haber logrado con éxito a través del poder del pueblo, el impulso de movimientos emancipadores, que han dado lugar a la conformación de un nuevo proceso social, dentro del cual se destacan: las naciones de Ecuador, Republica Bolivariana de Venezuela, Bolivia, y otras que, en el decurso actual, se esfuerzan por incorporarse a una nueva etapa, que con el ejemplo de las denominadas “revolución bolivariana,” y “revolución ciudadana”, procuran una profunda transformación de las estructuras económicas y sociales.
Estos logros sociales significativos, implementados por los nuevos líderes progresistas en conjunto con su pueblo, han generado las más diversas manifestaciones de injerencia, subversión, manipulaciones políticas y reacciones violentas de los grupos de poder organizados en la región. Es interés y propósito de este apartado, demostrar, a diferencia de los criterios establecidos por analistas sociales y políticos, que la derecha latinoamericana se ha debilitado; pues se revelan fuentes históricas que avalan la transformación de sus estrategias hegemónicas ante la dinámica actual. Entre los reajustes de la política imperial están la reagrupación, expansión de sus bases y acciones que en su diversidad son operaciones, ahora más silenciosas, discretas, escondidas y ejecutadas por una amplia red de actores del tejido social, involucrados consciente e inconscientemente, para los fines y propósitos de estos grupos establecidos, que ahora, además de implementar nuevas instituciones, pretenden reconstruir viejas organizaciones para lograr sus fines políticos de conservar, expandir o recuperar el poder.
Una demostración de ello, es lo que acontece en el entramado político Centroamericano; conformado entre los más activos por Guatemala, El Salvador, Honduras y Costa Rica, donde a través de los grupos de derecha tradicional, llevan a cabo maniobras políticas encaminadas a consolidarse en la región de una manera gradual, y desde el empleo de una agenda política contraria a la que apuestan los movimientos de resistencia contrahegemónica en varios países del Cono Sur. Esta relación disímil, resulta desenmascarada al profundizar los hechos históricos acontecidos hace más de 50 años en la región Latinoamericana y del Caribe.
Mirada a los orígenes de la construcción de una antigua red imperial
La presente revelación, trata de evidenciar como antiguos colaboradores de la extrema derecha en Guatemala, promueven una estrategia política que proyecta reconstruir y consolidar en la región, una vieja red imperial, diseñada y coordinada en su origen, por los funcionarios estadounidenses, Allen Welsh Dulles, antiguo jefe de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, que sirvió como director de la Central Intelligence Agency (CIA) desde 1953 hasta 1961 y su hermano, John Foster Dulles quien fue secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores) desde 1953 hasta 1959. Por lo que, es esencial traer a la memoria los actos ejecutados por esta organización centroamericana, que se fundó con el objetivo de emplearse en la realización de los diferentes planes de injerencia y sabotaje diseñados para beneficios propios y los convenidos de manera conjunta con las administraciones norteamericanas y sus agencias, dirigidos para esta región en particular desde hace más de media centuria.
El conocimiento histórico de estos hechos, nos permitirá fundamentar el porque estos leales discípulos conformados en su mayoría por grupos dinásticos, oligárquicos, sectarios, militares y políticos guatemaltecos en asociación con algunas de las organizaciones de emigrados cubanos fundadas por la CIA y con el patrocinio de instituciones de los Estados Unidos de Norteamérica, que con su agenda propia han desarrollado a través de la historia, políticas injerencistas y de subversión en varios países de la zona Central y del Caribe, y nuevamente se han enfrascado en reagrupar polémicos ejecutantes, entre ellos, militares en activo y en condición de retiro, pero fieles a las políticas hegemónicas, militares y policías egresados de la controversial Escuela de las Américas, políticos demagogos con ambiciones presidenciales, familias oligárquicas tradicionales, ex-agentes de las agencias de inteligencia americana radicados en Miami, República Bolivariana de Venezuela y Centroamérica, grupos dinásticos centroamericanos, suramericanos y caribeños de la extrema derecha, así como conocidos mercenarios cubano-americanos, quienes en su currículo poseen una amplia trayectoria en la política exterior norteamericana y que aún siguen latentes en la puesta en práctica de los oficios aprendidos en las escuelas de entrenamiento de la CIA, donde se les instruyó como parte del programa, las maniobras proyectadas para fines de desestabilización, planes de magnicidio, así como estrategias para  afianzar las cuotas de poder en cada uno de los países donde el imperio no quiere perder la hegemonía lograda con sus transnacionales.
Para argumentar lo anteriormente descrito, debemos ir más allá de la ilustración de los acontecimientos, ya que convendrá evaluar la realidad histórica que se desarrollaba en el tejido social de hace medio siglo en los diferentes escenarios políticos y económicos, de manera especial lo relacionado a lo que acaecía en el devenir de los originales protagonistas de la naciente red imperial.
En este contexto se inicia el entramado en Guatemala, lugar de origen de una de las redes terroristas más turbulentas que han operado ampliamente en la región, bajo la protección y asesoramiento de la política internacional estadounidense. Esta ha tenido entre sus leales fundadores al latifundista guatemalteco Roberto Alejos, quien ha sido evidenciado en una de las varias actividades de la naciente red imperial de aquella época, en lo divulgado por el analista cubano José Luis Méndez Méndez, el cual nos reveló como:
 […] La CIA comenzó el reclutamiento de los contrarrevolucionarios cubanos radicados en la Florida a principios de 1960; luego los enviaría a la finca Helvetia, en Guatemala, del latifundista Roberto Alejos Arzú, quien, a solicitud del agente Robert Kendall Davis, había accedido a facilitar su propiedad. Allí se construyó una pista aérea en Retalhuleu, campamentos y otras obras financiados por la Agencia y por la United Fruit Company. […] Alejos y Kendall influyeron en el entonces presidente de Guatemala, el general Miguel Ydígoras Fuentes, para que aceptara la fuerza mercenaria en el país. [1] 
Con estos hechos, entre otros no menos importantes, estos actores históricos dan inicio a la ejecución de una parte de las manipulaciones que la nación americana en conjunto con sus demás aliados en la región, habían coordinado a través de sus agencias gubernamentales y no gubernamentales. Es trascendental destacar como este grupo de guatemaltecos, con ambiciones particulares en común, construyó y amplió esta estructura que sería entre otras ya existentes, una de las más fieles operadoras de los planes de desestabilización y sabotaje, diseñados con el objetivo de conservar el status quo impuesto por las transnacionales y demás grupos del poder hegemónico en la región. Así lo demuestra esta asociación de personajes, al proveer las condiciones concertadas para la organización y entrenamiento en territorio guatemalteco, de la que se denominaría Brigada 2506, integrada en un porcentaje mayor por mercenarios afines a la política del ex-dictador cubano Fulgencio Batista y Zaldívar, los cuales serían unos de los ejecutantes del proyecto orquestado para derrocar la naciente Revolución Cubana.
Ahora, es preciso el momento de hacer una pausa, en la descripción de las acciones epocales realizadas por la naciente organización, con el fin de profundizar en su estructura, sus cuadros organizativos, a través del conocimiento de algunos de sus fundadores y colaboradores más importantes. En este espacio, solo trataré de trasladar los aspectos más significativos para la comprensión de esta revelación[2], por lo que en primer lugar, nos ocuparemos de uno de los socios más dispuestos de esta estructura, el general Miguel Ydígoras Fuentes, quien es personificado de una manera profunda por el escritor e investigador italiano Piero Gleijeses:
[…] Miguel Ydígoras Fuentes, de 55 años de edad. De los muchos generales de Ubico, sólo Ydígoras había descubierto las virtudes de la democracia al amanecer del 20 de octubre de 1944, pocas horas después de que las primeras tropas rebeldes salieran de la Guardia de Honor para derrocar a Ponce. “El Departamento (de Estado) recordara”, escribió más tarde un funcionario norteamericano, que “Ydígoras Fuentes hizo acto de presencia en nuestra Embajada, desprovisto de todas las insignias…y ofreció sus servicios como “mediador”, para ser útil, dijo, en cualquier negociación que pudiera emprenderse.”   A los rebeldes les hizo la misma propuesta. En realidad, estuvo muy ocupado durante todo el día, pero no luchó; hubiera sido la primera batalla de su larga carrera militar. En Resumen, observo el mismo funcionario norteamericano, el lugar de Ydígoras ha sido “ambiguo y extraño”. Sin embargo, su traición de última hora a Ponce y su afán por servir a los nuevos gobernantes resultaron fructíferos. La Junta finalmente lo nombró ministro de Guatemala en Londres y continuó en el mismo cargo durante la presidencia de Arévalo. Además de sus funciones diplomáticas, cultivo la amistad de Trujillo. Le dijo al dictador dominicano que Arévalo era comunista, que su derrocamiento inmediato era un imperativo y que él. Ydígoras, era el hombre llamado para hacerlo. Necesitaría, añadió, 50,000 dólares.
En la primavera de 1950, el frustrado rebelde regresó de Londres para aspirar a la presidencia, apoyado por “los conservadores y los ex-seguidores del dictador Ubico”, como dijera un funcionario del Departamento de Estado. Ydígoras no era, según las normas ubiquistas, un hombre sanguinario; simplemente era corrupto. Lamentándose de la estupidez de sus amigos conservadores, Marroquín Rojas escribió posteriormente:
Cuando debieron haber escogido a un candidato conocido, experimentado y resuelto, optaron por la vieja sombra de la dictadura. Cuando muchos me decían que apoyaban a Ydígoras porque recurriría a las armas si perdía en las elecciones, yo les aseguré que Ydígoras no era un hombre que encabezaría una rebelión heroica. Marroquín Rojas tenía razón en todo.[3]   
Con este juicio iniciamos la identificación de uno de los integrantes de la naciente red imperial, que además de su carrera militar y política como presidente de la República (1958-1963), fue director general del Ministerio de Caminos, Transporte y Obras Públicas, en el período dictatorial del General Jorge Ubico Castañeda, gobernador del departamento de San Marcos, ubicado en el Occidente del país, embajador en Colombia, agregado militar en Washington y en París. En 1950, presentó su candidatura en las elecciones presidenciales, en las que venció Jacobo Arbenz. Tras el asesinato del presidente Carlos Castillo Armas en 1957, Ydígoras fundó el partido Redención y fue elegido presidente del país con el apoyo de los militares en 1958. Entre otras acciones es importante señalar que su gobierno rompió relaciones diplomáticas con Cuba y reprimió a sus propios oponentes, lo cual queda acreditado por el investigador José Méndez Méndez, cuando nos traslada el siguiente testimonio:
[...] Los campamentos de mercenarios cubanos en Guatemala se vieron conmovidos en la segunda semana de noviembre de 1960 por un hecho que puso en crisis la estabilidad del gobierno del presidente Miguel Ydígoras Fuentes. Un grupo de oficiales del ejército, dirigido por el coronel Eduardo Uerena Muller, el capitán Rafael Sessar Pereira y los oficiales Luis Augusto Turcios Lima y Marco Antonio Young Sosa, se levantó en armas y tomó Puerto Barrios y Zacapa. La aviación mercenaria acantonada en su base fue llamada en auxilio de las fuerzas del gobierno y bombardeó posiciones rebeldes en Puerto Barrios.

Según el terrorista Félix Rodríguez: “Apenas a los tres meses de haber llegado al campamento nuestra unidad participó en combate por primera vez. Pero no contra Castro. Fuimos llamados para ayudar a dominar un intento de golpe en Puerto Barrios, cerca de la frontera de Honduras, contra el gobierno del Presidente Miguel Ydígoras. [...] La Brigada 2506 estaba compuesta por más de cuatrocientos hombres; y ocuparon el puerto de Puerto Barrios, el principal del Caribe guatemalteco. Su utilización se insertaba en la necesidad de mantener al régimen de Ydígoras, firme puntal del imperialismo en América Central. También entraban en juego los intereses de la United Fruit Company —la toda poderosa Mamita Yunai—, que explotaba la riqueza bananera de la zona. La CIA movilizó todos los efectivos militares de la base Trax y del campo aéreo de Retalhuleu. [...] Había quedado demostrado que los cubanos eran mercenarios de un ejército, listo a actuar en los problemas del área y, por supuesto, el de Cuba era el mayor.[4]

Aunque el General Ydígoras Fuentes contó con esta manifestación de apoyo imperial, fue derrocado en marzo de 1963 por su Ministro de Defensa, el Coronel Enrique Peralta Azurdia. En esto último es importante resaltar que previo a la acción realizada por el Coronel Peralta, el general Ydígoras, como miembro de esta red imperial había realizado una estrategia política muy poco grata a los ojos del Imperio, ya que de acuerdo a los testimonios epocales recogidos por el investigador Piero Gleijeses, nos ofrecen una de las posibles causas de este derrocamiento:
[...] En 1963, Arévalo se unió en una danza extraña con su viejo enemigo, el general Miguel Ydígoras, quien era presidente de Guatemala desde 1958. La corrupción y la incompetencia plagaron su administración. Cuando se acercaba el fin de su mandato, Ydígoras preparó a su sucesor, Roberto Alejos, quien era impopular por derecho propio y cargado además con la mala reputación de su paladín. La clase alta se opuso a Alejos y fragmentó su apoyo entre media docena de otros aspirantes a la presidencia. Las elecciones estaban programadas para noviembre de 1963. Ydígoras insinuó que le permitiría a Arévalo presentar su candidatura y anuncio que las elecciones serian libres.
Arévalo estaba haciendo campaña desde México, donde había vivido a partir de 1962. Trató de calmar los temores de la clase alta y de los militares, y subrayó que era -y siempre había sido- anticomunista. [...] Como precaución adicional, recurrió a los ataques personales contra Arbenz. Juró también que él, Arévalo, no había tenido nada que ver con la muerte de su buen amigo, Arana: “Todo el mundo en Guatemala sabe quiénes mataron a Arana, por qué y para qué lo mataron”. Arévalo no se disculpó por sus críticas pasadas contra los Estados Unidos, pero explicó que ahora era diferente: “Los Estados Unidos han cambiado de mando. Los dinosaurios han sido derrotados y la gran república está ahora gobernada por gente nueva, por…hombres de Universidad educados en Harvard.”
En Guatemala, aumentaron las tensiones. Si Arévalo se presentaba como candidato en elecciones libres, ganaría, informó la Embajada norteamericana, ya que recibiría los votos de todos los que habían criticado la liberación de 1954; sin embargo ni la clase alta ni los militares aprobarían una segunda presidencia de Juan José Arévalo, el hombre que los había entregado al Jacobo Rojo.
El 30 de marzo de 1963, el país se entero de la noticia de que Arévalo había regresado. Había llegado a dirigir a sus partidarios, anunció, y permanecería en Guatemala, “aunque le costara el pellejo”. Sin embargo, veinticuatro horas más tarde, estaba “buscando protección” en la ciudad de México. A las 11:00 p.m. del día de su regreso triunfal, el ejército había ocupado el Palacio Presidencial, había derribado a Ydígoras e instalado una junta militar. Las elecciones fueron canceladas.
Pobre Ydígoras. Nunca había tenido la intención de celebrar elecciones libres. Simplemente había esperado chantajear a la clase alta y a los militares. “El mañoso de Ydígoras nos metió en frente a Arévalo para asustarnos, para que aceptáramos a su candidato”, observa un guatemalteco de la clase alta. “Fue una jugada demasiado sofisticada”. [5]
Este último testimonio, es fundamental para conseguir descifrar, como en la actualidad esta antigua estructura, junto a nuevos protagonistas ha transformado e implementado las estrategias que proyectan reconstruir y expandir esta organización con el ambicioso objetivo de consolidar junto al financiamiento y patrocinio del imperio, la recuperación del dominio en la región, que según ellos, constituye una amenaza la dinámica progresista actual. El juicio anterior es posible al examinar valiosos datos históricos que nos permiten identificar estas transformaciones políticas en el seno de la derecha internacional, las cuales son cada vez más sofisticadas y necesitadas de financiamiento hegemónico.
Este fundamento permite un espacio para reflexionar y exhortar a los representantes de al menos 44 organizaciones políticas de 20 países, que se reunirán en el XIX encuentro del Foro de Sao Paulo, que sesionará del 31 de julio al 4 de agosto en esa ciudad Brasileña a que logren consensuar en la necesidad de evolucionar hacia una nueva mirada de estudiar y analizar la historia social de nuestra región. El nuevo enfoque no solo nos permitirá romper con lo impuesto en la mayoría de nuestros países, por las estructuras hegemónicas, quienes siempre han mediatizado y dosificado a conveniencia, el conocimiento de nuestro pasado, con el propósito de mantenernos en la ignorancia histórica, que ha invisibilizado y silenciado hechos y acontecimientos que nos permitirían identificar a los verdaderos protagonistas de las políticas imperiales y comprender las verdaderas intenciones de los grupos hegemónicos que de manera constante han transformado a conveniencia sus estrategias de dominación, y  reconocer así, la grandeza histórica que poseemos por derecho propio. Esta búsqueda y divulgación constante de la verdad histórica, que nos pertenece, será la única armadura que tenemos, no solo para ampliar nuestros deseos de conocimiento, sino más bien para establecer nuevos mecanismos de seguridad y defensa, que nos permitan implementar diferentes planes de contraofensiva y resistencia en contra de quienes se niegan a desaparecer y mucho menos ceder o perder los espacios de poder.
El latifundista Roberto Alejos, es el próximo protagonista de este texto, quien además de ser un importante fundador y militante de esta vieja red imperial, vinculada a conveniencia con grupos hegemónicos del área, ha logrado estructurar aparte de esta organización, una familia dinástica, que ambiciona perpetuarse en el poder, así como pretender alcanzar la total influencia política y económica en la región bajo la protección y financiamiento del Imperio. Sumado a lo anterior se encuentra el haber sido uno de los actores intelectuales y materiales de diversas acciones orientadas a excluir a cualquier costo a sus oponentes, con el innoble objetivo de concretar sus ambiciones políticas, lo cual queda al descubierto en lo publicado por el escritor José Méndez Méndez, cuando nos presenta el siguiente documento: 
 [...] En el mensaje cifrado 2-380-41, clasificado secreto por la CIA del 19 abril de 1965, se expresa: “Asunto: Reclutamientos de exiliados cubanos para teams de operaciones para participar en un intento de derrocar al gobierno de Guatemala. Fuente: Refugiado cubano pidió unirse a este intento de golpe. Luis Posada Carriles entre aquellos reclutados para participar en el intento de Roberto Alejos Arzú de derribar al actual gobierno guatemalteco, como líder de equipo.”
El 6 de mayo de 1965, Allen S. Yarborough, agente de Aduanas de los Estados Unidos en Miami, informó que como resultado de una investigación, entrevistas e información de inteligencia recopilada, se aseguraba que Luis Posada Carriles estaba entre los involucrados en una conspiración con Roberto Alejos contra el gobierno de Enrique Peralta Azurdia.[6]

El material citado pone en evidencia, uno de los principales objetivos de esta organización, y nos expone además la vinculación directa de los terroristas internacionales que forman parte del engranaje creado por los organismos de inteligencia americanos para fines injerencistas en la región.
Se deduce como las redes de esta organización siempre estuvieron dispuestas a implementar acciones de cualquier índole, que les permitieran afianzarse en el poder. Sus maniobras les facultan contrarrestar los cambios estructurales que han sido reclamados por los movimientos de resistencia contrahegemónica, desde su lucha por la búsqueda de incorporarse a una nueva etapa de cambios económicos y sociales de beneficio popular. 
Antes de entrar en el análisis de las posibles causas del por qué esta organización quedó latente y operando a menor escala en las sombras de la política regional, es importante visibilizar a los protagonistas de esta antigua red, la cual ahora a través de nuevos actores, que se encuentran enfrascados en la transformación de estrategias, y no solo en la reconstrucción sino también en fortalecerlas, al expandir sus redes en la región, con el único objetivo de consolidarse como una fuerza de derecha en el nuevo siglo.
Este epígrafe se centrará, por razones de espacio con tres de los protagonistas de esta antigua red, Luis Posada Carriles, Otto Reich y el ya fallecido Orlando Bosch, quienes son personalizados de manera amplia por los estudiosos, Eva Golinger y Romain Migus, al precisar que:
Posada Carriles, Luis: Terrorista internacional ultraderechista de origen cubano. Tras huir de Cuba después del triunfo de la Revolución en 1959, Posada Carriles entró en el ejército de los Estados Unidos y luego fue agente de la CIA, con la cual ha mantenido un vínculo durante toda su carrera violenta. En 1963, como soldado del ejército recibió un entrenamiento militar en Fort Benning.
Posada Carriles es el responsable directo e intelectual de decenas de atentados contra el pueblo cubano y los movimientos progresistas de América Latina. También es el autor de múltiples intentos de magnicidio contra el presidente Fidel Castro. Mantiene una relación estrecha con la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) desde su fundación, entidad que apoyó y financió sus acciones terroristas.
A finales de los años sesentas, Posada Carriles fue responsable del cuerpo de contrainteligencia de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), la Inteligencia de Venezuela. Logró obtener la ciudadanía venezolana para poder ejercer ese cargo, desde el cual fue el responsable de persecución, encarcelamiento, tortura y eliminación de miembros de grupos comunistas e izquierdistas en ese país. A principios de 1974, estableció en Caracas una agencia de investigación privada llamada “Investigaciones Comerciales e Industriales”, que sirvió para llevar a cabo sus planes terroristas. Bajo esa fachada, y en conjunto con el terrorista internacional Orlando Bosch, colocó bombas en la Embajada de Panamá en Venezuela, en el Instituto de Amistad Venezolano-Cubano, en Caracas, en la Empresa Venezolana de Turismo, y en la Embajada de Cuba en ese país.
Desde Venezuela, Posada Carriles y Orlando Bosch planificaron la voladura de un avión de Cubana de Aviación en octubre de 1976, donde hubo 73 víctimas mortales inocentes. Fue capturado y detenido en una cárcel venezolana desde 1976 hasta el 18 de agosto de 1985, cuando se fugó con el apoyo de la [...] (FNCA) y la Embajada de los Estados Unidos en Venezuela, bajo el mando de Otto Reich. Después de su fuga, se desempeñó como asesor de la “contra” nicaragüense y siguió su trabajo macabro contra los pueblos de América Latina.
Tras un atentado abortado contra Fidel Castro en Panamá, fue encarcelado en ese país hasta 2004, cuando la saliente presidenta panameña, Mireya Moscoso, lo indultó y lo liberó. Regresó un año después a Miami, entrando de manera ilegal. Venezuela ha solicitado sin éxito su extradición desde mayo de 2005. La Fiscalía estadounidense lo imputó por haber violado las normas de inmigración; sin embargo, en 2007, Luis Posada Carriles fue dejado en libertad plena. Es clasificado en las listas del FBI como terrorista, pero por su desempeño como agente de la CIA y su cercanía con la familia Bush, no ha sido detenido ni juzgado como terrorista en los Estados Unidos.
Bosch, Orlando: De origen cubano y residente en Miami, es considerado junto con Luis Posada Carriles como uno de los terroristas más peligrosos en esa ciudad y posiblemente en América Latina en cuanto a perpetrar atentados con el uso de explosivos. Creó el denominado Movimiento Insurreccional de Recuperación Revolucionaria (MIRR). En 1968 fue condenado a prisión por ametrallar a un carguero polaco en el puerto de Miami; sólo cumplió cuatro años. [...] Controla una red terrorista que responde a varios nombres y cuyos integrantes accionan en atentados y sabotajes.
      Según investigaciones realizadas en 1978 por la Comisión Permanente del Comité de Asesinatos de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Bosch fue reclutado por la CIA desde 1960. También es fundador de la organización terrorista CORU, que llevó a cabo diversas acciones terroristas contra Cuba en Costa Rica, Panamá, Jamaica, México y Venezuela. Participó entre 1961 y 1968 en más de 30 actos de sabotaje y violencia en los Estados Unidos, Puerto Rico, Panamá y Cuba. [...] A pesar de ser clasificado como “un extranjero inadmisible” en ese país por “terrorismo”, el presidente George H. W. Bush le otorgó un indulto en 1989 permitiéndole la entrada a Miami, para luego aprobar su residencia permanente en el país, [...] Bosch también está implicado en el asesinato del ex canciller chileno, Orlando Letelier, en septiembre de 1976, y que sucedió en la capital, Washington. Es uno de los tantos terroristas que ha servido a los intereses norteamericanos y a cambio ha recibido su apoyo y refugio.
Reich, Otto: Nacido en Cuba de padre austriaco y madre cubana, se marchó de la isla caribeña en 1961, cuando los líderes de la Revolución anunciaron su transición hacia el socialismo. Ingresó en el Ejército de los Estados Unidos, llegando al grado de teniente. Se graduó de la Universidad de Georgetown, para luego especializarse en estudios sobre América Latina.
      Durante los años setentas, Otto Reich ocupó diferentes cargos en la gobernación del estado de Florida y en la Alcaldía de Miami, dándole voz a la ultraderecha anticubana dentro de esas instituciones. En 1981, fue nombrado administrador de la USAID durante el gobierno del presidente Ronald Reagan, y luego fue escogido para dirigir la polémica Oficina de Diplomacia Pública (OPD) a partir de 1983. En esa misma época, Reich fue asesor de Freedom House.              
      Como director de la Oficina de Diplomacia Pública, Reich era en una pieza clave de la guerra psicológica contra los movimientos revolucionarios en Centroamérica y particularmente contra el gobierno sandinista. Desde la OPD, Reich utilizó varios mecanismos ilegales de propaganda para influir sobre la opinión pública internacional y al nivel nacional dentro de los Estados Unidos, incluyendo el uso de la propaganda negra y el pago a periodistas para escribir artículos negativos sobre los sandinistas. En 1986, la OPD fue investigada por el Congreso y la Contraloría de los Estados Unidos (GAO) y fue clausurada luego de determinar que las acciones de Reich y su equipo habían violado las leyes estadounidenses.
      Actuando bajo las instrucciones del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) encabezado por el coronel Oliver North, Otto Reich fue también implicado en el escándalo Irangate. Tuvo un desempeño central en el tráfico de cocaína hacia los Estados Unidos que fue utilizado para financiar a la “contra” en Nicaragua.
      A finales de 1986, Reich fue nombrado embajador de los Estados Unidos en Venezuela. Desde ahí, coordinó, junto con la [...] (FNCA), el retorno ilegal a Miami del terrorista Orlando Bosch. En 1990, el entonces presidente George H. W. Bush indultó a Bosch para permitirle andar libremente por los Estados Unidos [...].
      Irónicamente, en 1991, Otto Reich fue nombrado representante de los Estados Unidos ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, cargo que ocupó hasta 1992. En esa época, también se involucró en actividades como lobbista para promover la aprobación de la llamada Ley Helms-Burton, que apretaría el bloqueo contra Cuba. Asimismo, Reich fue miembro del Center for a Free Cuba (Centro por una Cuba Libre), organización anticubana financiada por la National Endowment for Democracy (NED) y el Departamento de Estado y dirigida por Frank Calzón (miembro de la FNCA, antiguo integrante de la organización terrorista contrarrevolucionaria Abadala). Fue en ese momento que Reich propuso que el Centro por una Cuba Libre iniciara un programa de financiamiento a Reporteros Sin Fronteras (RSF).
      En 2002, Otto Reich fue miembro de la Junta de Asesores del Western Hemisphere Institute for Security Cooperation. Más conocido por su antiguo nombre, la Escuela de las Américas (SOA), este instituto ha formado generaciones de militares latinoamericanos en las técnicas de guerra sucia, tortura, represión y persecución política contra los movimientos revolucionarios.
      Durante el gobierno de George W. Bush, Reich fue nombrado subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental en 2002. Durante este período Reich, tuvo varias reuniones con los venezolanos que estaban planificando el golpe de Estado de abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez, [...] fue el principal vocero del gobierno norteamericano en aquel momento y quien anunció el apoyo de los Estados Unidos al gobierno ilegitimo de Pedro Carmona.
A causa de que el Congreso de los Estados Unidos nunca había confirmado su nominación al cargo de subsecretario de Estado, en gran parte por su pasado criminal, en 2003, el presidente George W. Bush nombró a Otto Reich como su enviado especial para el Hemisferio Occidental, cargo inventado por el presidente para mantener a Reich encargado de la política exterior hacia América Latina. Desde ese puesto, promovió el golpe de Estado en Haití contra el presidente Jean-Bertrand Aristide.
Después de un año en el cargo de enviado especial del presidente Bush para el Hemisferio Occidental, Reich fue forzado a dejar la administración pública, y entonces, volvió al sector privado como asesor y lobbista para varias empresas vinculadas con el Complejo Militar Industrial y la mafia cubanoamericana (FNCA) Bacardí, Lockheed Martin, Exxon Mobil, entre otros). [...] Los canales de televisión venezolanos Globovisión y RCTV, iguales al canal estadounidense derechista Fox News, frecuentemente entrevistan a Reich para su análisis sobre Venezuela y América Latina.[7]     

Estas extensas hojas de vida son inevitables, para poder comprender el grado de complicidad con que operan estos ejecutantes y la manera en que se entretejen sus experiencias y compromisos para lograr sus objetivos particulares y los trazados por una ilimitada política imperialista. Además, nos permite realizar un recorrido epocal de la diversa gama de acciones terroristas realizadas por estos personajes, muchos de ellos protegidos por la impunidad de una política internacional que al analizar la historia nos encontramos con la demagogia que los Estados Unidos de Norteamérica, realizan al manipular y mediatizar los medios y organizaciones internacionales creadas y dirigidas por ellos, para descalificar y condenar de apoyo al terrorismo a los países que no comparten sus propósitos y que han realizado cambios a favor de las mayorías sociales.

Reconstrucción de una vieja red imperial
 Hemos realizado un descriptivo recorrido epocal de los inicios del amplio entretejido nacional e internacional de esta organización, la cual no concluyó de manera definitiva su accionar político, ni mucho menos dejó de participar en los planes estratégicos, establecidos por los Estados Unidos, sino al contrario, se mantuvo relacionada a los importantes acontecimientos políticos acaecidos en la historia social de la región, como se detallará en la edición del libro en preparación. El razonamiento anterior queda analizado al repasar los eventos que nos permiten establecer uno de los trasfondos que explican, como el principal fundador de esta estructura, el latifundista Roberto Alejos redujo su protagonismo en el acontecer regional. Esto se debe en parte a que sus aspiraciones presidenciales se vieron truncadas por un pacto secreto, el cual fue revelado por el ensayista Jorge Risquet Valdés, al expresar que:  
[...] Mientras tanto, el inquilino principal del Palacio Presidencial pretendió legitimar su estancia en el cargo mediante unas elecciones. Prometió que serían honestas y propició que uno de los candidatos adversarios fuera el ex –presidente, Juan José Arévalo, quien se presentó a la farsa innoble. El ministro de Defensa, coronel Peralta Azurdia, encabezó el golpe militar que expulsó a Ydígoras y estableció un gobierno militar, que según anunció, gobernaría de facto al país durante tres años. [...] El año 1966 fue crucial [...] Nuevas elecciones debían poner fin, al menos a los efectos de la imagen internacional, al gobierno castrense de facto. Entre los varios candidatos contendientes, la Embajada norteamericana prefirió la boleta civil integrada por el licenciado Julio César Méndez Montenegro y el periodista derechista Clemente Marroquín Rojas.
Desde luego, al ejército le disgustaba la idea de un gobierno civil, tan acostumbrado estaba a rotarse entre generales y coroneles en el saqueo de las arcas del tesoro público las dadivas generosas de las companys ansiosas de concesiones onerosas para el país y las autoasignadas exenciones fiscales y facilidades crediticias para devenir empresarios prósperos.
La fórmula made in USA fue de un cinismo monstruoso: un pacto secreto entre el futuro mandatario y el ejército, en el cual los militares condicionaban su apoyo a la asunción al poder del Señor Presidente y su permanencia en el cargo al cumplimiento estricto de las exigencias cuartelarías plasmadas en el texto abominable.
[...] No se abrumará al lector con la relación cronológica de tiranos sangrientos que se sucedían cada cuatro años en el poder mediante farsas electorales o golpes militares. El poder real radicaba en la Embajada norteamericana en Guatemala y en sus puntos de apoyo principales: la C IA, el ejército, la policía y los escuadrones de la muerte, así como en las transnacionales yanquis [...].[8]  
 Estas revelaciones, enmarcan el panorama político que ha prevalecido en Guatemala desde la época referida y nos permiten descubrir como esta histórica red imperial, se encuentra ahora inmersa en la reagrupación de antiguos y nuevos protagonistas. En este estudio se conoció que esta organización, cuenta ahora con la experiencia de sus fundadores, y con las redes tejidas a lo largo de estos años, como las cimentadas en el poder legislativo guatemalteco, a donde esta estructura ha llevado a miembros de su familia e integrantes de la red, para asegurar las condiciones propicias que les garantizará emprender esta etapa estratégica. Prueba de ello es la participación en 1985, de Roberto Alejos Cámbara y demás miembros de la red en la redacción de una nueva Constitución, que fuera efectiva en 1986, ya que hasta el golpe de Estado de 1982, Guatemala se gobernó bajo una Constitución que entró en vigor en 1966. En esta nueva Constitución se estableció que entre otras atribuciones, la potestad legislativa en Guatemala corresponde al Congreso, compuesto por diputados electos por el sistema de distritos electorales y un 25% a través del listado nacional, para un período de cuatro años. La actual Constitución de 1985 fue suspendida el 25 de mayo de 1993, pero se restauró días después; en noviembre de ese mismo año, fue enmendada. Estas reformas constitucionales han permitido a la red, ocupar espacios estratégicos dentro del gobierno, y al ser electos en cargos directivos dentro del hemiciclo, han propiciado la aprobación de leyes que les proporcionó las herramientas para preparar el terreno favorable para llevar a cabo su renovada agenda política. Dentro de estas leyes tenemos la legalización de las escuchas, que les ha concedido un control de las comunicaciones en la mayoría de los sectores activos del tejido social. La modificación de la ley electoral y de partidos políticos, que de manera segura, crea las condiciones para que el cargo a elección de diputado por lista nacional, sea ganado por la mayoría de votos del partido electo. Esta investigación nos demuestra como Roberto Alejos Cámbara, nieto de Roberto Alejos Arzú, se encuentra liderando junto a los nuevos protagonistas, una agenda política aprobada y financiada por la red injerencista de los Estados Unidos, para lograr no solo el ambicionado cargo presidencial anhelado de antaño por la familia Alejos, sino que también ahora apuestan por el control de las instituciones y organizaciones políticas de la región. Este análisis por motivos de edición deberá ceñirse a dar de una manera breve los elementos probatorios, que expongan la transformación de las estrategias empleadas para lograr dicho fin.
Dentro de las principales evidencias que se descubren, para sustentar esta realidad se encuentra el plan orquestado por la embajada norteamericana y sus agencias al reutilizar a esta antigua organización y sus redes, para implementar su transformada política regional ante las nuevas perspectivas presentadas por el bloque progresista del sur. Un análisis histórico del escenario electoral en el año 2007, nos revela la renovación de la dinámica política de esta antigua red imperial, la cual se origina desde la campaña a favor de la candidatura al legislativo del nieto de Roberto Alejos Arzú, con la inscripción como candidato a diputado por el listado nacional en una organización política partidista, dirigida por Álvaro Colom, el principal protagonista de haber pactado de manera consciente o inconsciente, la entrada en el hemiciclo de Roberto Alejos, como parte de lo que se denominó en campaña, proyecto legislativo moderno. Esta apertura creó de manera estratégica, las bases para que Roberto Alejos a cambio de la ficha de elección ha diputado por listado nacional suministrara el financiamiento de esta organización a la tercera participación de Álvaro Colom a la presidencia, la cual de acuerdo a las encuestas de esa época lo favorecían de forma notable. Aquí cabe analizar las posibles causas que originaron este pacto, por lo que debemos hacer un recorrido historiográfico del nuevo protagonista de esta red, el ingeniero Álvaro Colom, a quien debemos ubicarlo dentro del escenario político, que tras iniciar en 1999, una campaña demagógica y haberse desgastado de manera financiera en dos campañas anteriores, aceptó la candidatura de Roberto Alejos Cámbara, con lo cual concretó el apetito presidencial de Colom Caballero, que desde el año 1999, había iniciado una larga trayectoria por alcanzar el ambicionado cargo presidencial, al frente de la organización política, Alianza Nueva Nación, (ANN) y tras su segunda derrota en el año 2003, al frente del partido creado por él, al cual denominó Unidad Nacional de la Esperanza, (UNE), el 9 de septiembre de 2007, concurrió por tercera vez a comicios presidenciales, nuevamente como candidato de la UNE; fue el candidato más votado (28,2%), seguido por Otto Pérez Molina (23,5%), del Partido Patriota, al que se enfrentó y venció el siguiente 4 de noviembre en segunda vuelta (obtuvo el 52,8% de los sufragios, por el 47,2% de su rival).Tomó posesión de la presidencia guatemalteca el 14 de enero de 2008. En esa misma fecha Roberto Alejos Cámbara, tomó también posesión al cargo de diputado electo por listado nacional, como candidato del partido UNE, y es cuando este inicia el desarrollo de su agenda programática, lo que se evidenció al ocupar la presidencia del hemiciclo legislativo en el período presidencial de Álvaro Colom, así como la ubicación de miembros de la familia Alejos en puestos estratégicos, en instituciones y secretarías del estado que no rinden cuenta del presupuesto de la nación, asignado para su funcionamiento. Esto permitió que la familia Alejos y esta red fortalecieran sus finanzas y lograran financiar en las elecciones del año 2011, no solo a los miembros de su familia sino a los más leales integrantes de esta reestructurada red imperial y agenciarse de puestos de elección en el Congreso de Guatemala y en el Parlamento Centroamericano. Así como proseguir con la transformada agenda, lo cual quedó evidenciado al renunciar Roberto Alejos Cámbara al cargo de diputado electo para el nuevo período del poder legislativo, asimismo anunció desde los medios de comunicación, que su retiro se debía a que daría inicio a la campaña presidencial para los comicios electorales del 2015.      
Las revelaciones, que se han originado a lo largo de este estudio, son el resultado de una investigación histórica social, que pretende dejar en evidencia como las redes de esta organización han ido de manera gradual ocupando espacios estratégicos y los mecanismos empleados para obtenerlos. Del mismo modo, se estableció que en el contexto político actual de la región es necesaria la creación y actualización de mecanismos de seguridad y defensa que se complementen con la creación de una base histórica de datos que se enriquecerá con el intercambio de experiencias a nivel internacional, la descripción de los voceros y miembros más representativos de estas redes que operan en la región, con la finalidad de ubicarlos en su constante accionar en el área, y así tomar medidas que neutralicen cualquier acción que pretenda socavar los movimientos sociales revolucionarios de América Latina.
La búsqueda de información histórica vinculada a estos grupos hegemónicos, que aún permanecen en las sombras, así como los ya conocidos, que se visten con el manto de la impunidad que les concede el gobierno norteamericano con sus aliados, y que a pesar de existir un acumulado de evidencias, que los implican como autores intelectuales y materiales de las operaciones diseñadas por las redes de injerencia del imperio, continúan como miembros activos en la política actual.
Nos preguntamos, en el caso de Guatemala, dónde están por ejemplo, Alfredo Matas y José Fuentes, este último, sobrino del ex presidente Ydígoras Fuentes, que de acuerdo al investigador José Méndez, fue uno de los oficiales graduado Ranger que participó las primeras semanas en la finca Helvetia, entrenando a los mercenarios de Playa Girón; asimismo basado en lo publicado por William Blum, dónde se localizan los militares entrenados por el coronel John D. Webber Jr., quien llegó a Guatemala en el año 1966, para hacerse cargo de la misión norteamericana; y los altos oficiales y técnicos que fueron enviados a la Academia Policial Interamericana en Panamá, a la Escuela Federal en los Fresnos, Texas (donde se les enseñó a fabricar explosivos) y otros establecimientos docentes, cuyos instructores eran a menudo oficiales de la CIA bajo la cobertura de la Oficina de Seguridad Pública (OPS), la AID y la Alianza para el Progreso.[9]
Todas estas interrogantes se consideran importantes resolver, para así trasladar a la opinión pública el resultado de estas investigaciones, lo cual puede ser de beneficio para el momento de tomar decisiones contraofensivas y de defensa que eviten que estos grupos continúen en la reconstrucción de viejas redes imperiales.




[1] José Luis Méndez Méndez: Mensajeros de la muerte, Centroamérica: la punta del Iceberg, Editorial Capitán San Luis, La Habana, 2004, pp. 15-16.
[2] Esta mirada es parte del libro en preparación editorial titulado: Reconstruyendo una vieja red imperial en Centroamérica.
[3] Piero Gleijeses: La Esperanza Destrozada, la revolución guatemalteca y los Estados Unidos 1944-1954, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2004, pp. 70-71.
[4] José Luis Méndez Méndez: Ob. Cit., pp. 19-20. 
[5] Piero Gleijeses: Ob. Cit., pp. 404-405.
[6] José Luis Méndez Méndez: Ob. Cit., p. 33.
[7] Eva Golinger y Romain Migus: La Telaraña Imperial, Enciclopedia de Injerencia y Subversión, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2010, pp. 23-24, 149-150, 159-161.
[8] Jorge Risquet Valdés: “Prefacio” en Piero Gleijeses: Ob. Cit., pp.  XLVIII-L. 
[9] Véase a William Blum: Asesinando la esperanza, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2005, pp. 
277-289.

Por Luis Martínez Soto
Investigador y Escritor  guatemalteco.

2 comentarios:

  1. Gracias camarada!, tu pagina debe ser leida por toda latinoamerica!

    ResponderEliminar
  2. El tema me interesa como guatemalteco y como investigador independiente, hace algún tiempo intenté dejar una dirección electrónica de un artículo mío sobre los planes de invasión a Guatemala por Roberto Alejos, era la contracara de una información ofrecida por Contrainjerencia. Ahora me ocupo de la complicidad entre la represión argentina y la CIA en Centroamérica. Seguiré de cerca este blog. Saludos y gracias

    ResponderEliminar

ShareThis