martes, 9 de agosto de 2016

Algunas Ideas inolvidables del Pensamiento de Fidel



Introducción
Querido Comandante en Jefe, Fidel Alejandro Castro Ruz, teniendo en cuenta la magnitud e importancia de sus ideas, las cuales nos han servido de paradigma para todos los tiempos, tanto a niños, jóvenes, adultos, obreros, estudiantes, intelectuales, amas de casas, en fin el pueblo en general, decidimos hacer alusión solo a estas, bajo el criterio que son medulares, necesarias y de gran impacto para el crecimiento de la Revolución. Por motivo de su 90 cumpleaños entendimos necesario y oportuno, realizar nuestro homenaje, haciéndoselas llegar, las cuales forman parte de un libro que estamos escribiendo sobre sus ideas puestas en función de su pueblo, pero  por motivos ajenos a nuestra voluntad, aún no hemos concluido. Esperamos finalizarlo lo antes posible. Razón por la que le solicitamos -de ser posible- nos ofrezca sus testimonios sobre su extensa labor como jurista en función de los más humildes, aspectos de vital importancia que deben aparecer reflejados por su valía histórica, pues tenemos conocimiento de sus esfuerzos por atender y defender estas causas y darles solución, siempre enmarcado en el carácter humanista de la Revolución que usted concibió en función de los más pobres.  

   
Le deseamos ante todo salud, felicidad, suerte y el AMOR que siempre estará presente en nosotros como parte de su pueblo, así como el respaldo en torno al Partido y la Revolución. Gracias Comandante en Jefe, Gracias por existir. Aquí no se rinde NADIE.  

Reiteramos la Felicitación, en nombre de nuestro pueblo y le comentamos que a través de estas acciones escogidas están presentes los valores que vemos en usted: Ejemplaridad, honestidad, responsabilidad, altruismo, sencillez, patriotismo, humanidad, hermandad, solidaridad, justeza….. 

El Bogotazo-1948

Fidel participó en diversas manifestaciones de enfrentamiento en una actividad militar internacionalista, a favor del pueblo dominicano e intercambió con líderes estudiantiles de las universidades de Venezuela y Panamá sobre sus proyectos y les solicitó su colaboración, los cuales también fueron respaldados por los peronistas del centro de altos estudios de Argentina. Ya en Bogotá, Colombia, con el marcado objetivo de participar y contribuir conjuntamente con jóvenes de la región, entre ellos Jorge Eliecer Gaitán Ayala, a la organización de un Congreso Estudiantil Latinoamericano el primero de su género en nuestra América, con un inminente y sentido carácter antiimperialista y de solidaridad con las luchas de los pueblos del continente contra las dictaduras y por la democracia. El entonces joven estudiante, con solo 21 años, se convirtió en el artífice principal del evento con la anuencia de las delegaciones participantes, debido a que entre otras razones concibió la idea en el contexto de la celebración de la Novena Conferencia Panamericana, convocada por los Estados Unidos de América en la capital colombiana, a partir del 30 de marzo del año 1948, que tenía como objetivo principal crear la Organización de Estados Americanos  (OEA) y acentuar la represión contra los movimientos populares y de izquierda, en el apogeo de la recién comenzada política de Guerra Fría.

En entrevista concedida a Arturo Alape publicada en su libro El Bogotazo: Memorias del Olvido, Fidel afirmó: “A Gaitán le entusiasmó la idea del Congreso y nos ofreció de inmediato su total apoyo; estuvo de acuerdo con la idea de clausurarlo con un gran acto de masas”. Expresó además que “tenía  una impresión realmente muy buena de él, en primer lugar por las opiniones absolutamente mayoritarias y la admiración de los estudiantes que se habían reunido y ratificada al intercambiar palabras con él, lo cual le permitió percatarse de que estaba en presencia de un hombre sagaz, muy inteligente, un gran orador por la paz, un orador virtuoso, preciosista del idioma y muy elocuente que se identificaba con la posición más progresista del país y frente al Gobierno conservador”. Como abogado reconoció lo brillante que fue.

Es oportuno recordar los sucesos ocurridos el 7 de febrero de 1948, fecha en que Gaitán, protagonizó su primer acto político, matizado con un desfile de duelo por las incontables víctimas de la violencia oficial en el país, con más de sesenta mil mujeres y hombres de luto cerrado, con las banderas rojas del partido y negras del duelo liberal. Su consigna era una sola, el silencio absoluto. El discurso de Gaitán en la Plaza de Bolívar, desde el balcón de la Contraloría Municipal, no se hizo esperar, constituyó una oración fúnebre de una carga emocional sobrecogedora, según testimonio de los presentes, contra los pronósticos siniestros de su propio partido, culminó con la condición más azarosa de la consigna; no hubo un solo aplauso. Pero esa marcha del silencio, la más emocionante de cuantas hayan realizado en Colombia, hizo brillar aún más al jefe indiscutible de los pobres, y generó a su vez más odio y temor entre sus enemigos. 

El escritor latinoamericano, Eduardo Germán María Hughes Galeano, que siempre fue capaz de imaginar hasta quien tartamudea en un mitin, lo fantaseó así: 

“La voz de Gaitán desató al pueblo, que por su boca grita. Este hombre puso al miedo de espaldas. De todas partes acudían a escucharlo, echando remo a través de la selva y metiendo espuela a los caballos por los caminos. Dicen que cuando Gaitán hablaba se rompía la niebla en Bogotá, y que hasta el mismo San Pedro, para la oreja y no permite que caiga la lluvia sobre las gigantescas concentraciones reunidas a la luz de las antorchas”

Explicó que solo había una alternativa muy nítida a la luz cierta de la historia: “mataban a Gaitán o él sería presidente de Colombia”. Fue muy fuerte lo que transmitió, infundió el miedo entre los poderosos, entre los adinerados, el respaldo popular se hizo inminente, crecía de boca en boca: Gaitán era el hombre que necesitaban para acabar con el dominio brutal de la clase que “asesinaba sin piedad”. Para ellos, los llamados poderosos, solo había un camino, el homicidio, pretendiendo de esta forma borrar el espíritu de luz naciente entre los colombianos. Sí, de esta forma truncaron la vida del líder natural, pero no las ideas radicales que había dejado enraizadas, pues como muestra de admiración y respeto un grupo de hombres empapaban sus pañuelos en el charco de sangre caliente para guardarlos como reliquias históricas y una mujer de pantalón negro con alpargatas, de las muchas baratijas que vendían en aquel lugar, gruñó con el pañuelo ensangrentado: “hijos de puta, me lo mataron”.

Y dentro de aquel tumulto de decenas de miles de personas que se desplazaban sin control ni objetivos definidos por las calles del centro de la ciudad, se encontraba el dirigente estudiantil cubano, Fidel Alejandro Castro Ruz, quien posteriormente describió y comentó durante una entrevista los detalles y matices exactos de todo lo que fue ocurriendo alrededor suyo y durante los desplazamientos y actividades en las que participó, en las cuales muchas veces arriesgó su vida, fusil en mano, en un gesto altruista y solidario con ese pueblo hermano, ocupó el arma cuando la multitud exaltada a la que se unió, tomó una estación de policía. Además, trató de ayudar a que aquellas personas arremolinadas se organizaran y encaminaran sus acciones por un derrotero ofensivo y de orientación militar. De esta forma se sumó a un levantamiento popular, amparado en su vocación internacionalista, principios y simpatía revolucionaria. Ese es Fidel, ya fiel a sus ideales, ¿no lo cree usted?

De especial interés resultaron las reflexiones de Fidel, acerca del crucial evento conocido como El Bogotazo el cual pudiera seguir siendo objeto de investigaciones y polémicas, teniendo en cuenta que aún persisten conflictos políticos sin resolver. Esta experiencia le sirvió a Fidel para fortalecer aún más su sed de barrer con el dominio de los designios de ese Imperio, como conocemos enemigo común de todas las sociedades humildes. 

Estamos convencidos de que la cabalgadura de Bolívar -y porque no la de Gaitán- están revoleteando en la región, en busca de la recuperación de aquella triste y contradictoria impronta, donde la nueva generación pueda poner en práctica la idea de que un mundo nuevo es posible con la cohesión de todos, demostrando una vez más que la palabra clave es la unidad. 

Posteriormente en Cuba iniciaba un período de efervescencia revolucionaria, la organización de las vías para enfrentar la lucha contra los gobiernos de turno, en especial la tiranía batistiana, considerada la más cruel y feroz fundamentalmente en contra de los jóvenes. Y fue bajo la guía indiscutible de Fidel que comenzó el reclutamiento de personal para la formación de células revolucionarias encaminadas a enfrentar la sangrienta dictadura. Con el  respaldo de jóvenes de diferentes estratos sociales, concibió Fidel la organización de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en el año 1953, acción que aunque no logró  sus objetivos,  sí constituyó una acción  crucial, al despertar la conciencia del pueblo acerca de la lucha armada como única vía para derrocar a la tiranía. El hecho marcó un hito generacional y eminentemente  revolucionario, al ser el inicio de una acción encaminada a transformar el dominio político, económico y social que existía en Cuba, para de esa forma acabar de una vez con la opresión a la población, el desempleo, la miseria, la insalubridad y la  ausencia de cultura  que  imperaban sobre la nación y el pueblo. Y barrer de una vez con el dominio de Estados Unidos. 

La historia me absolverá -1953

La genialidad de Fidel, inspirada desde un primer momento en el ideario martiano, permitió que en “La historia me absolverá”,  alegato de autodefensa del máximo líder ante los sucesos del Moncada,  quedaran plasmados  aquellos males que sufría todo el pueblo y que, en caso de haber tenido éxito la operación, serían erradicados por la Revolución. Su alegato se conocería después como el Programa del Moncada y que, en esencia, contemplaba aquellos males a los que los desgobiernos  habían condenado al pueblo: la tierra, la industrialización, vivienda, desempleo, salud, y con esmerada atención la educación. Aspectos de carácter prioritario tras el triunfo revolucionario el 1ro de enero de 1959.

Al respecto apoyado en el concepto del Maestro de que “El pueblo más feliz, es el que tenga mejor educados a sus hijos, en la instrucción del pensamiento de la dirección de los sentimientos; expresaba Fidel que “Un pueblo instruido será siempre fuerte y libre”.

Fidel, dándole riendas sueltas a ese estilo de enfrentar la vida, apeló a la línea de las masas, a ese pueblo que había demostrado con su acción su sentimiento revolucionario y sobre todo veía en la juventud la cantera propicia para formar a ese Maestro, que estuviera dispuesto a integrarse por entero a la enorme, a la gigante  y humana tarea que se avecinaba,  la cual estaba seguro que engrandecería aún más a la triunfante Revolución para llevar a cabo la transformación integral de la vida de los hombres que habitaban en aquellas regiones más intrincadas, en las montañas, las ciénagas, los cayos, en fin, las zonas de difícil acceso del país.

Ese maestro concebido  por Fidel, debía estar dispuesto a conversar con los campesinos, a sufrir las mismas condiciones de atraso socioeconómico a que éstos habían sido sometidos durante años, a resistir la hostilidad de la naturaleza y amarla lo suficiente como para permanecer allí luchando y dando todo lo de un maestro digno y revolucionario. La respuesta de la juventud no se hizo esperar y miles respondieron al llamado de Fidel, entre ellos la joven española conocida como María Gloria Lambana San Vaney, (La Galleguita), la cual integró el  Primer Contingente de Maestros Voluntarios y que fuera la autora del primer  himno que a partir de entonces rompería ese silencio imponente de la Sierra, al ser entonado por aquellos valientes, que de forma voluntaria se imponían un deber, llevar la luz del saber a las montañas de Cuba.

La vida le ha dado la razón a Fidel con la ola de maestros cubanos que a través del mundo imparten la luz de la enseñanza con el método Yo, sí puedo, entre otros.

Carta o Pacto de México -1956

En el primer semestre del año 1956, el presidente de la FEU y jefe del Directorio Revolucionario de Cuba,  José Antonio Echeverría, asistió a un congreso de estudiantes latinoamericanos, aprovechando el momento para denunciar el régimen de terror impuesto en la Isla por la tiranía batistiana.

En agosto del citado año, con el fin de darle  continuidad a las acciones revolucionarias en aras de liberar definitivamente al país, dirigentes del Movimiento 26 de Julio , entre ellos Fidel CastroFrank País García  y del Directorio Revolucionario, José Antonio Echeverría, Faure Chomón y Fructuoso Rodríguez, se reunieron con el objetivo de  coordinar  los planes para llevar a Cuba una expedición e iniciar la Guerra de guerrillas en las montañas y el apoyo al desembarco a través de levantamientos armados en distintas ciudades de la Isla, sobre todo en Oriente y en La Habana, ideas explicadas con audacia por Fidel.
Los jefes de ambas organizaciones, suscribieron un documento de trascendental significación histórica: La Carta de México, también conocida en la historia como El Pacto de México, en el que quedó establecida la unidad de acción política de la juventud cubana en la lucha revolucionaria. Documento publicado de inmediato el  1 de septiembre de 1956, poniéndose en práctica todo lo acordado y puntualizando, que la revolución llegará al poder libre de compromisos e intereses, para servir a Cuba, en un programa de justicia social, de libertad y democracia, de respeto a las leyes justas y de reconocimiento a la dignidad plena de todos los cubanos, y ante todo estar  dispuestos a poner por delante el sacrificio de la vida si fuera necesario para cumplimentar los objetivos acordados.
El Pacto suscrito entre el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario, por su naturaleza y limpieza de las ideas de sus principales actores, obtuvo una extraordinaria importancia en el proceso de unificación de las fuerzas revolucionarias que llevarían a cabo la etapa final y definitiva de la guerra de liberación en Cuba, lo cual posibilitó la unidad de acción política de la juventud cubana, convencida ya de la necesidad de empuñar las armas, a fin de alcanzar la definitiva liberación del pueblo cubano e impulsar luego las transformaciones de carácter popular que la nación reclamaba.

Batalla de ideas

Consideramos de vital importancia no dejar de mencionar el  concepto de “Batalla de ideas” el cual abarca las esferas y sectores de la sociedad y cuya esencia es lograr la construcción del socialismo en Cuba, para muchos irreversible pues estamos seguros que el capitalismo brutal jamás volverá a nuestra patria, tesis amparada en la unidad que debe reinar en todas las organizaciones de masas y sociales, organismos estatales y gubernamentales, bajo la sabia dirección del Partido Comunista de Cuba,  del siempre querido Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y el actual presidente Raúl Castro, ambos continuadores de esta idea iniciada por el Héroe Nacional, José Julián Martí.

Es muy importante y sobre todo para los pinos nuevos tener siempre presente la coincidencia que existe entre José Martí y Fidel en la forma de hacer política. El primero nos enseñó a luchar con las ideas y el segundo, a vencer con las ideas, de ahí que la actual Batalla de Ideas, es la continuación de la llevada a cabo por el Maestro de todos los tiempos entre 1878 y 1895.

El 5 de diciembre de 1999, bajo la sapiencia del máximo líder se puso una vez más en práctica la Batalla de Ideas, cuando el secuestro del niño Elián González,   enriquecida el 19 de febrero del 2000 con el Juramento de Baragúa,  y ganada en su primera etapa el 7 de junio del propio año con la devolución del infante a nuestro país, y reorientada el 20 de junio del citado año al comenzar una nueva batalla, la lucha  por la liberación de los Cinco Héroes cubanos prisioneros injustamente en Estados Unidos por el solo hecho de poner en práctica el patriotismo y humanismo  de cada uno de nuestros hermanos con el fin impedir los efectos del terrorismo y sancionados posteriormente a injustas y largas condenas, aprobadas en juicios amañados y donde prevaleció el rencor y el odio hacia los hijos de Cuba, violándose todos los derechos de los encartados por “jueces” al servicio de la ultraderecha norteamericana y la mafia terrorista de Miami. Y también finalmente con resultados inmejorables al tener en casa a los ejemplarizantes mambises, sí mambises, porque actuaron con la firmeza patriótica e indoblegable del general, Antonio Maceo ante el inolvidable hecho de la Protesta de Baragúa.

Como dijera nuestro líder frente a un enorme grupo de jóvenes en el año 1992 al concluir su VI Congreso, de que “no podemos renunciar a nuestra sólida unidad y a la esperanza de lograr lo que nos hemos propuesto”. Evidenciada por la  lucha en reclamo y batalla por liberar a los Cinco héroes, y que dada la acción constante, firme y combativa de nuestro pueblo, unida al enfrentamiento desplegado por los diferentes Comité de Solidaridad y el respeto que se ha ganado Cuba a escala mundial, dio paso a la demostración una vez más de la agudeza del pensamiento de futuro de ese gran gigante que nos dijo plenamente convencido en julio del 2001 ¡Volverán!,  a la Patria, dio la posibilidad de que el 17 de diciembre de 2014 estuviésemos en presencia del mayor triunfo alcanzado por el país en los últimos años, lo cual constituye una victoria histórica del pueblo cubano y de los pueblos del mundo incluyendo el hermano pueblo de Estados Unidos.

Es evidente, que con su dedicación, estrategia y agudeza política Fidel ha realizado un gran tributo a la ideología revolucionaria que se revela como un sistema integral, convocador y coherente, que abarca conceptos, principios, ideas, objetivos, normas y valores, que se han encaminado a responder a las necesidades del pasado, presente y futuro, con una orientación política, ética, ideológica, solidaria, humanista y cultural. Lo cual ha contribuido a que los diversos retos enfrentados por la nación se deben en gran parte precisamente a esa amplitud  imperecedera de su pensamiento, lo cual ha permitido la aplicación de diferentes concepciones que han contribuido a lograr la continuidad histórica e ideológica en el pueblo.

Como muestra de ese pensamiento tenemos la definición que da sobre Revolución, a través del cual se observa la destreza manifestada en proporcionar la enseñanza del concepto, ejemplarizado en cada uno de los mensajes que expresa tanto al pueblo como al mundo. Donde deja bien definido que la Revolución Cubana, quizás como otras, no constituye un hecho casual, sino que es el resultado de una acción consecuente concertada a las leyes que marcan la historia de la humanidad.

Recordemos siempre este concepto, como la voz, el mensaje, la acción a seguir y el postulado de Fidel:  "Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo."


Autores
Flora Julia Ruiz Sánchez: Analista de la Información del ICRT y Jueza Lego del Tribunal Supremo Popular.     
María Esperanza Milanés Torres, Abogada profesional del Tribunal Supremo popular, Máster y haciendo el doctorado.
Aníbal Aguilar Puebla: Jubilado del Consejo de Estado, fungía en el Departamento de Atención a la Población y ex Juez Lego del Tribunal Supremo Popular.

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